¡Hola a todos! ¡He regresado!
Les cuento que en la UTU se están repartiendo unas netbooks llamadas Magalhaes MG2, con Ubuntu Lucid Lynx y Windows Xp. Tienen buenos recursos, a saber: Intel Atom x 2 de 1,66GHz cada uno, 1GB de RAM, 160GBs de disco de estado sólido y conexiones USB, RJ45 (ADSL), impresora, monitor o proyector, lectora de memorias y llave de seguridad.
Así son las máquinas:
Y el día de la entrega oficial vino la prensa y autoridades, todo el mundo nervioso. Las máquinas habían llegado sin que las viéramos cómo ni por quién y llenaban un salón que hasta la semana pasada había sido de Taller de Mantenimiento.
Mañana les cuento cómo fue...
Mostrando entradas con la etiqueta Balconeando. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Balconeando. Mostrar todas las entradas
domingo, 9 de octubre de 2011
domingo, 28 de agosto de 2011
No anda pero... ¡qué pinta que tiene!
Esta vez traigo una anécdota que me resultó graciosa y que pienso que puede servir para que reflexionen sobre la tecnología y el lugar que muchas personas le dan.
Yo iba en el ómnibus hacia el Shopping Punta Carretas. Al lado mío se sentó una chica, muy cheta ella, que enseguida sacó un IPhone. Yo que sólo lo conozco de verlo en fotos me puse a mirar (disimuladamente, of course). La interfaz, los íconos, el tamaño, todo era un IPhone pero ¡oh - oh! no tenía manzanita. Un producto de Apple sin manzanita no existe, no es de Apple. Entonces me di cuenta que era uno de esos símil IPhone chinos, sin marca, que se venden por el centro, a U$D100 o menos. Entonces me dediqué a lo mío, que es mirar por la ventana. Pero no pude evitar oírla hablar y escucharle lo que decía porque no hablaba precisamente en susurros. Y de repente caí en la cuenta de que cada dos por tres repetía "Si no se me corta..." Yo pensé que tendría poca tarjeta o algo así, y seguí en lo mío, pero cuando sentí un abrupto silencio me di vuelta a ver qué había pasado. Entonces vi que la chica sacudía el celular. Al rato se prendió solo y volvió a llamar. Siguió hablando y repitió otra vez "Si no se me corta..." Entonces empecé a sospechar que la cosa iba por otro lado que no era el saldo. La miré y vi que sacudía otra vez el celular, se prendía pero no lograba llamar. Entonces se puso a escribir un sms y ahí, en medio del mensaje se le apagó. Lo sacudió una y otra vez y apretó el botón de cortar y finalmente, como de mala gana, se encendió de nuevo. Siguió escribiendo. Se le apagó. Sacudón. Volvió a encender. Siguió escribiendo y mandó. Yo me di vuelta a mi ventana. Pero ella no guardó el celular ¡no, qué va! Llamó por teléfono a otra persona. ¡Y adivinen qué! Se le apagó y tuvo que esperar a que la llamasen. Y luego se le volvió a apagar. Mandó otro mensaje salpicado de apagones y sacudones. Y volvió a hablar por teléfono alternando la conversación con los apagones y sacudidas.
Se bajó en el shopping igual que yo, creo que trabajaba en una de las tiendas. La vi alejarse mirando su IPhone trucho con concentrada preocupación.
Y yo pensé: Si hubieras comprado tecnología en lugar de status social, te hubieras ahorrado un montón de dolores de cabeza.
Siempre he sido enemiga de la falsa oposición entre belleza y utilidad. Se pueden tener ambas cosas y yo siempre las he buscado y las he conseguido. Tanto en la tecnología como en otros ámbitos de la vida, como muebles, autos o lo que sea. No seré yo quién diserte sobre éso.
Pero sí una pequeña reflexión sobre los valores que se le cargan a elementos tecnológicos que en realidad están ahí para simplificarnos la vida y nada más.
Entre los U$D100 y los U$D200 hay montones de celulares de un aspecto divino, con una preciosa interfaz y pila de características cool. De hecho, yo tengo un smartphone que anda por los doscientos, doscientos y algo de dólares y es espectacular en todo sentido. Y tiene marca. Todos ellos tienen marca. Y no es por ser cholulo, la marca es un tema que no tiene que ver con que "queda bien comprar de marca", si no con tener la seguridad de que funcione. Y de que si tenés un problema cualquiera, mañana o pasado, tengas un respaldo, un lugar donde validar la garantía, donde hacer valer tus derechos de comprador.
Pero si lo que se valora socialmente (al menos en ciertos círculos) es tener un Blackberry o un IPhone porque sí, porque es caro y es cool (como en otra época se valoró tener un V3 o un V8, por los mismos motivos), se deja de lado el objetivo principal de esos aparatos que es el de simplificar la vida y cumplir con determinadas tareas que algunos necesitan y muchos no. No es importante tener un gran celular. Es importante tener determinado celular. No importa si hay otros más lindos, mejores o más útiles. Ni siquiera importa si hay otros iguales a esos, la cuestión es tener ésos. Y si no podés tenerlo, comprar uno que engañe y simule ser uno de esos.
Y si una persona a la hora de comprar, en lugar de comprar para sí misma preguntándose sinceramente qué es lo que precisa y qué quiere hacer con el dichoso aparatito, compra pensando en los demás, en que la miren con admiración porque creen que tiene un equipo que en realidad no tiene... Lo que terminará comprando esa persona es un problema y no una solución. Y encima viviendo una mentira.
Como la chica que se sentó al lado mío en el ómnibus.
domingo, 18 de julio de 2010
¿Y qué pasa con los niños?
Buscando una decoración decente para el usuario de mi hija, revolví durante largo rato las páginas de KDE y Gnome para descubrir que si uno no se muere por parecerse a Apple y/o es un freakie aburrido no tiene cabida en el mundo de las decoraciones de escritorio. Todo parece hecho de vidrio, es negro o casi, los íconos no tienen gracia y son tan iguales unos a otros que es casi imposible distinguirlos. En KDE 4 la situación es peor que en Gnome. Más oscuros, más faltos de originalidad, más parecidos a escritorios de oficina. Cuando uno encuentra algo que se sale de la manía apple/negrura cae en íconos que se parecen a xx Windows. Yo comprendo que haya gente a la que le cuesta cambiar pero de ahí a que hayan tantos temas (ventanas, íconos, etc.) que se promocionan como "igualitos a algún Windows", me parece demasiado.
Entonces me surgen algunas preguntas:
Y finalmente, la pregunta del millón, la que ya planteó oportunamente Linus Torvalds y me hice yo después de dejar de usar KDE4:
¿Qué están tratando de hacer en KDE? Lleva tanto tiempo arreglar todo el chirimbolerío que le han metido a ese escritorio, que ya no queda nada para trabajar. Cuando se termina de configurar todo y uno queda razonablemente satisfecho con el resultado, apaga todo y se va a dormir o a dar una vuelta por la Rambla; es tanto el tiempo que uno ya está demasiado dolorido / aburrido de estar frente al pc y lo que está deseando hacer es irse de allí.
Puede que hoy en día KDE esté más lleno que antes de geeks y freakies y a éstos no les importe o incluso les guste romperse la vista y anquilosarse los huesos frente a la pc. Pero a los seres humanos normales, comunes y corrientes, no nos atrae mucho la idea. De hecho, la mayoría de nosotros solemos tener otras cosas que hacer. Por ejemplo, vivir.
Entonces me surgen algunas preguntas:
- ¿Por qué todo todo debe parecerse a Apple? ¿Por qué esa dictadura decoracional?
- ¿Por qué los creadores de temas son alérgicos al color? ¿Por qué esa falta de sentido del humor? De un tiempo a esta parte, los íconos parecen mirar con abierta hostilidad al usuario.
- La belleza, la sensación de bienestar y comodidad, ¿son malas palabras? Porque se esquivan con un ahínco digno de mejor causa.
- Está bien, Apple es cool y quieren que su escritorio sea cool, lo comprendo. Pero habiendo 20 temas no veo la necesidad de hacer el 21. Lo mismo, señora, si extraña su viejo Windows no agregue otro tema ¡ya hay 100 de donde elegir!
- ¿Por qué no hay un modo decente de decorar el escritorio de un niño? Hay miles de aplicaciones infantiles (entre educativas y recreativas) para todas las edades y gustos. Pero no hay manera de decorar el escritorio para que la pobre criatura se sienta a gusto. Gentes, les cuento un secreto: Gran cantidad de niños tienen una computadora propia para ellos solos o que comparten con algún hermano. Y muchos más tienen un usuario dentro de la computadora familiar. No estaría demás que pensaran en ellos también.
- No. El argumento de que si a uno no le gusta un tema se lo haga uno mismo no es válido. Es una respuesta similar a "si no le gusta cómo le arreglo la cañería, arréglela usted". Puede que pudiese después de arduo trabajo, pero el quid de la cuestión es que la mayoría de las gentes normales no tienen el tiempo ni la creatividad para hacerlo. Si no fuera así, publicistas y diseñadores se morirían de hambre. No alcanza con tener una idea "Me gustarían íconos con animalitos" o "Más colores en la barra de herramientas", hay que tener la creatividad necesaria para desarrollarlo detalladamente.
- ¿Qué quiere decir "diseño profesional" o "aspecto profesional"? ¿A qué tipo de profesional se refieren? ¿Al de la funeraria, al médico forense? ¿¿A cuál por Dios?? ¿De dónde han sacado la idea de que los profesionales no tienen personalidad que plasmar en su computadora? ¿Por qué creen que un "aspecto profesional" es sinónimo de lúgubre? ¿No estarán confundiendo profesional con gótico?
- ¿Por qué tantas minas en bolas en los fondos de KDE? ¿Por qué no hay ningún tipo? A veces quisiera saber la edad de los que suben esas cosas; o son unos guachos (ya se sabe, a los 15 años no tenés otra cosa en la cabeza) o son unos inmaduros (si a los 40 años, seguís pensando igual que a los 15, en fin...)
- ¿Por qué insisten tanto en que todo se vea igual, igual, igual, no importa qué aspecto sea, lo importante es no desentonar? Ver ese tipo de decoraciones me recuerda lo que detesto del aspecto de Windows: parece la computadora de una oficina, toda igual, sin variaciones, sin personalidad.
Y finalmente, la pregunta del millón, la que ya planteó oportunamente Linus Torvalds y me hice yo después de dejar de usar KDE4:
¿Qué están tratando de hacer en KDE? Lleva tanto tiempo arreglar todo el chirimbolerío que le han metido a ese escritorio, que ya no queda nada para trabajar. Cuando se termina de configurar todo y uno queda razonablemente satisfecho con el resultado, apaga todo y se va a dormir o a dar una vuelta por la Rambla; es tanto el tiempo que uno ya está demasiado dolorido / aburrido de estar frente al pc y lo que está deseando hacer es irse de allí.
Puede que hoy en día KDE esté más lleno que antes de geeks y freakies y a éstos no les importe o incluso les guste romperse la vista y anquilosarse los huesos frente a la pc. Pero a los seres humanos normales, comunes y corrientes, no nos atrae mucho la idea. De hecho, la mayoría de nosotros solemos tener otras cosas que hacer. Por ejemplo, vivir.
jueves, 24 de septiembre de 2009
La Enfermedad Informática
Hay muchas enfermedades informáticas pero hay una que es demasiado común y molesta para dejarla pasar. El Newbie que se la cree. Para empezar vale aclarar que un "newbie" es un novato de la informática, alguien que recién empieza y por tanto no sabe gran cosa. No es un insulto, es simplemente la descripción de un hecho pasajero. Al menos así lo veo yo.
Sin embargo, hay personas, varones jóvenes en particular, que se lo toman como si éso fuera alguna especie de mote degradante. No saben nada, pero actúan como si llevaran 10 años entre computadoras. A veces llegan al colmo de presentarse en una lista diciendo "Soy nuevo en xx" para a renglón seguido soltarte una chorrera de términos pomposos que confunden al más pintado. Hace unos días leí en la lista de Debian a un tipo que empezó aclarando que era nuevo en Linux, que había decidido dejar atrás a Windows. Bien por ello, pero luego pasó a describir el sistema y la embarró. Que compilé el kernel tal o cual, que el sistema lo tengo en experimental pero con paquetes de estable y backports y yo qué sé. Paraaaaáá..... ¿A quién estás tratando de impresionar? Si sos nuevo, empezá por el principio. Elegite un sistema estable, simple, con programas (muchos o pocos) que cumplan con su trabajo y no den problemas. Compilar y cruzar fuentes de software y forzar instalaciones y la mar en coche viene después. Cuando aprenda y sepa lo que hace y tiene tiempo y ganas de hacerlo, adelante. Pero mientras tanto... empiece por aprender, ver y oír. Si no, es como empezar a aprender inglés y que después de Hello! How are you? quieran escribir una novela.
Lo peor es cuando te tocan de compañeros de clase o de vendedores. Entonces van por el mundo mirando a todos por arriba del hombro, llenándose la boca con términos técnicos y dándose aires de experto porque sabe poner un Antivirus en su lugar.
Señores: no es vergüenza la ignorancia, sí es vergüenza la imbecilidad ignorante. Porque ustedes creen impresionar porque dejan con la boca abierta a algún viejecito analógico, pero a todos los demás nos resultan simplemente antipáticos e inútiles. Y a los verdaderos expertos, a los hackers a los que tratan de parecerse, les parecen sencillamente unos imbéciles.
Y todos agradeceríamos que se callen, por favor, un poco la boca. Preferimos el silencio y la sabia contemplación de una terminal en blanco.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)