sábado, 17 de septiembre de 2011

Un poco de privacía por favor

           Soy usuaria de Claro.  No es que me parezca un servicio espectacular pero es suficiente y es el único que me da un contrato sin preguntarme hasta el nombre del perro.
Así las cosas tengo un celular y un módem (en realidad dos, voy dejar uno).  Pero sucede que de vez en cuando me envían mensajes.  No de la empresa, que obviamente está en todo su derecho a atomizarme con sus promociones y yo decidiré si las acepto o no.
No.  Son mensajes de personas desconocidas.
         La primera vez que me llegó el mensaje de alguien que no sólo no estaba en la agenda si no que yo no conocía de nada, me sorprendió un momento pero nada más.  Todo el tiempo pasa que uno se equivoca y marca mal o envía un mensaje a quien no era,  y a su vez llegan mensajes equivocados.  Es tan común que en el programa radial  Doble discurso  (Radio 91.1 Futura, Montevideo)  hay una sección que se llama mensajes equivocados.  Al fin de cuentas si pasaba con el teléfono fijo, no hay nada de qué extrañarse porque pase con el celular.
En ese momento tenía un número "tarjetero" con un Motorola lindo pero nada extraordinario.
Al tiempo, me cayó otro y luego uno más.  Como soy distraída y los mensajes que no me interesan los borro inmediatamente, no tenía para hacer una estadística pero me pareció que la gente se empezaba a equivocar demasiado seguido.
Hasta que me cayeron dos mensajes, casi simultáneos;  uno declarando ser una tal Patricia que vivía en Rivera y tenía 27 años (o así)  y otro de un hombre que no mencionaba la edad pero si el signo  (creo que era de Sagitario).  Entonces me di cuenta que mi número había rondado por quién sabe qué lados que había llegado a algún chat o algo así, de esos que se pasan mensajes para ir a los telos.
Me molestó pero pensé que se debería a que llevaba cierto tiempo con ese número  (a saber lo que hace la gente con los números que uno da o publica).  Después de todo mi número no era precisamente secreto de Estado, hasta lo había publicado en Facebook a cuento de unas ayudas para gatos.
Y sin embargo, éso no fue lo peor.
         En agosto compré un Alcatel divino con todos los chirimbolos y contrato.  Este número no se lo he dado a nadie.  Y sin embargo, cada tanto me mandan mensaje personas que no conozco ni de rebote, y no quiero conocer tampoco.  El peor fue uno que dijo ser peruano de buen físico, que escribía con más faltas que un chino, que estaba empecinado en que me quería conocer y mandarme mensajes y llamar a las horas más intempestivas.
El último fue uno que empezó diciendo ser un tal Matías y luego que buscaba a un tal Matías y así con tal de sostener la conversación.
         Ahora hace tiempo que 'el peruano' no molesta pero ése no es el punto.  El punto es que claramente la compañía publica los números de sus afiliados  sin consultar  en vaya uno a saber qué lugares.  He usado Movistar y Ancel y nunca me pasó.  Pero desde que uso Claro este problema es constante.

        Más allá de todos los recaudos que podamos tomar respecto a nuestros datos y nuestra privacidad  (como no poner datos importantes en Facebook, no agregar al MSN gente que no conocemos, etc.),  nosotros hacemos un depósito de confianza en las compañías que elegimos.  Si estas compañías, se pasan la confianza por el forro de los pantalones y hacen lo que se les da la gana con nuestros datos, empezamos a tener un problema tan grave que no sé si no daría incluso para legislarlo.   No tiene sentido que hablen una y mil veces de seguridad y de cómo evitar ser estafados-asaltados-etc., si luego la compañía de teléfonos divulga a los cuatro vientos nuestros números y/o nombres u otros datos.  Porque quién divulga una cosa, bien puede divulgar otra.

       Yo pregunto:  ¿Con qué derecho publican, a saber dónde, mi número?  ¿Cuántas veces no nos enojamos con alguien porque pasó nuestro número sin consultarnos?  ¿Y si lo mismo lo hace una empresa... qué?  ¿De dónde sacaron la idea de que quiero conseguir novio vía celular?  ¿Quién imaginó que le daría la bienvenida a mensajes de chicas en edad casadera?  ¿Por qué suponen que me gusta que me interrumpan a cualquier hora de la noche para preguntarme el signo u otra idiotez por el estilo?



       Me gustaría pensar que los clientes podemos influir si nos unimos y dejamos claros nuestros puntos de vista.  ¡Somos importantes, somos los que pagando los sostienen a ellos!  ¡Sin nosotros los usuarios / consumidores, ellos no existirían!

En fin, pasame la aspirina, creo que debo tener fiebre...  imagino clientes enérgicos en el Uruguay, qué cosas, mañana voy al doctor...