El
primer fin de semana de diciembre (3 y 4) hubo una “Hackatón”
llamada Desarrollando América Latina.
Yo participé en ella junto con un buen número de personas más
aquí en Uruguay. Era un evento internacional en el que
participaban, cada cual en su sede, cinco países: México,
Argentina, Uruguay, Chile, Brasil y Perú. La sede en Uruguay fue en
Coworking (Bvar. España y Libertad, Pocitos Viejo, Montevideo), una
empresa que se dedica a desarrollo de software y usa herramientas
libres. Éste evento era apoyado por Google, la Intendencia de
Montevideo, Cubox y Ciudadano Inteligente entre otros. Nos
conectábamos vía internet con las otras sedes e incluso
trabajábamos conectados con otros.
En
Uruguay hubieron cuatro equipos: uno que actuó en solitario, dos
conformados por personas que se conocían de antes y uno (el mío)
formado por personas que no se habían visto nunca en sus vidas.
Habían
temas definidos y premios regionales y nacionales. Los temas fueron
educación, seguridad y presupuesto. Los premios nacionales fueron
del 1º al 3º: U$3000, U$2000 y U$1000 y merchandising de Google y
GitHub. Los regionales fueron del 1º al 3º: Un viaje de 5 días
para todos los miembros del equipo a Sillicon Valley con entrevistas
en diferentes empresas de allá y demás, Un premio en plata U$3000,
Un premio en plata U$2000 y seguimiento del desarrollo, entrevistas
en medios nacionales e internacionales. El equipo donde yo estaba
(Equipo “Accidental”), formado por Sergio Spaolonzi, Horacio
Zamora y yo, ganó el segundo premio nacional con un programa que
mostraba la incidencia de accidentes de tránsito en Montevideo sobre
mapas de Google. Quedó muy bien, a mi modo de ver, y es bastante
extensible y adaptable.
Después
de esos dos días que pasamos de largo en un mismo edificio
conviviendo, me han quedado varias cosas. Esta es mi lista.
- Ganas de participar en otro evento similar. La camaradería y entusiasmo con el que se trabajó fue fantástico. El ambiente fue genial, conocimos mucha gente que no conocíamos de antes y que estaría buenísimo seguir conociendo. Además, nos cuidaron muchísimo, con café, té, refrescos y mucha, mucha comida.
- Ganas de seguir desarrollando la aplicación creada. Tiene mucho potencial y seguramente sigamos con ella aunque ahora “no nos paguen” por hacerlo.
- Un equipo de trabajo. Gente con la que vamos a seguir en contacto, tratando de aportar a un proyecto que va más allá del concurso y su premio.
- Entusiasmo por la siguiente edición del DAL.
- Todas las pilas para aprender rápido y bien otros lenguajes como Java y Python. Yo sólo soy estudiante de UTU y mi intención al ir fue la de aprender y no la de ganar. Ahora, que voy a tener un premio entre manos, las ganas de superarme más allá del curso que hago son muy fuertes.
- Muchos datos e ideas para crear más cosas.
- Saber que existen buenas empresas, que funcionan bien y cuidan a sus integrantes funcionando aquí en Uruguay.
- Sorpresa al ver que, entre todos los países que participaron (con mucha mayor población que el nuestro), salió ganador un equipo de Uruguay.
- Sorpresa al notar que nadie creer poder ganar y sin embargo terminar ganando, incluso el primer premio. Me quedó grabado el diálogo que tuve con Pancho (Francisco Castro) en el que yo le decía que nunca había tenido duda de que ganarían el primer premio al verlos a él y a Andrés Ambrois juntos, y él me contestaba que nunca había pensado que podrían ganar. Ésa, tal vez, es una enseñanza importantísima; que si uno está tratando de hacer lo mejor siempre nota más los defectos, es más exigente con lo que hace. Cuando eso resulta ser lo mejor, muchas veces no lo puede creer. Pasa en cualquier área, me pasaba a mí cuando dibujaba constantemente; la gente me decía que era maravilloso lo que había hecho y yo muchas veces lo encontraba bastante mediocre. Sin embargo, la mejor actitud es esa porque es como salen las mejores cosas: exigiéndose a uno mismo al máximo.
- Conocidos en otras partes de América que quiero mantener en el tiempo. Siempre es interesante tratar con personas con modos distintos de pensar y vivir. Enseña muchísimo y abre la cabeza. Es, además, un gran entrenamiento para el futuro: si te dedicás a “algo” relacionado con la tecnología, nunca sabés dónde vas a terminar trabajando y con quién. Cuanto antes nos olvidemos de los localismos, mejor.
- Darse cuenta que con la informática también se puede ayudar en problemas diarios y en temas sociales. Sólo es cuestión de pensarlo y encontrarle la vuelta.
El año
que viene va a repetirse el evento y espero para entonces tener más
tiempo mental para postear antes
de que suceda y no sólo después.
Si
quieren más información pueden visitar la página de Desarrollando
América
Si
quieren ver fotos pueden ir a
¡Abrazo
a todos! ¡Espero que les haya gustado!